Mi vida mexicana
SINOPSIS
Carmelo se enamoró de Mocy en el preciso instante en que la vio en una tienda de arte, pero sus intentos de acercamiento (él, arquitecto, tiene que visitar con frecuencia el edificio donde ella trabaja) no han dado frutos. Las fechas de esos encuentros y de los -teóricos- desplantes subsiguientes tienen curiosas concomitancias con hitos históricos de México, país que, en un universo paralelo, Carmelo recorrerá junto a Mocy y que le proporcionará el material para escribir una novela.
ILUSTRACIONES Y ESCENAS

En el principio
Todo empezó el 12 de mayo de 2012 a las 10:59, tiempo local, en una tienda de arte en la ciudad de Celeia. Interesante, esta fecha es similar a la fecha del Cinco de Mayo que se celebra en México. El autor encontró a Mocy en aquella tienda por pura coincidencia. En ese momento algo inexplicable ocurrió.

En Morelia
Estaba en otro mundo, en el mundo lejano de mi memoria o algo parecido. Alguien me mandó mis hojas rebosantes de gotas. Aquí se secaron, lentamente. Tal vez lo querían así, mandarme por los aires, al éter —el aire más puro de las montañas—, para que me recuperase de las oficinas solitarias.

En Guadalajara
La ciencia de las fuentes vencía a los sistemas de las calles. Siempre regresaba a la forma de la perspectiva; esta era la regla, escrita en el lado brumoso de la gente que siempre viajaba en los tramos desconocidos de sus propios escenarios. Y si se preguntaban por qué, la respuesta era siempre la misma: porque tenían que hacerlo.

Rebajas en León
Entramos en una de estas rebajas. Nunca en mi vida había querido engañar a alguien como en aquella ocasión. El engaño tenía una característica positiva: podías planearlo, y así las palabras feas no se oían tan mal. Especialmente cuando no se trataba de palabras, sino de números. Si entendías de números, por supuesto.

Guanajuato, y Aurelia Bustamante, nuestra guía
Antes de entrar Aurelia se detuvo, giró hacia el sur, al lado opuesto de la entrada a la universidad, y tomó un hondo respiro. Lo hizo de manera perfecta. Su piel oscura reflejaba un juego de contraste con los techos y el cielo gris metálico que se extendía sobre la ciudad de Guanajuato.

La bola de cristal para adivinar en Aguascalientes
Sentí la realidad emocional de la versión paralela de la ciudad de Aguas-tu-sientes, cuando la maleta con ruedas de Mocy golpeó el parachoques del coche y produjo un sonido con un profundo sabor a algo sagrado: «Estoy aquí, tómame si te atreves».

En Zacatecas hago una llamada desde una fuente en barrio viejo
Zacatecas. ¡Repítalo! ¡Za-ca-te-cas! Como una máquina. Sobre la fachada da la catedral central en Zacatecas ya les cuento ahorita. No tendremos tiempo más tarde. Mocy se va a entretener con sus conocimientos sobre las fuentes y ni siquiera notará la fachada. La fusión barroca pura ha mezclado formas mesoamericanas entre sus adornos. Apuesto a que hay un botón allí que haga rotar los postes.

La misteriosa forma – la mesa en al llegar al Lagos de Moreno
Me estaba acostumbrando al sabor amargo de una multitud de cortinas que bajaban por la rebanada de Mocy, separándola de palabras suaves. Mis palabras, por supuesto. Las recogía en algún lugar en el fondo de mí mismo, desde allí, donde caminaba despacio, procurando hacerla tal como la estaba viendo. Pero mis acciones tampoco tuvieron efecto.

En Santa Elena una niña con la bicicleta rota
Giraba alrededor de mí mismo. Estaba inquieto. El pelo de mi cuerpo bailaba en el viento, mis cabellos reaccionaban a los soplos de una amenaza que me decía que tendría que juntarme con lo ordinario y ser como todos.

En San Luis Potosí el anillo falso
Supe que Mocy también tenía su otra parte, creciente y curiosa, erguida de la tierra, llena de espinas, mojada como plantas. La pregunta fue: ¿dónde fue esa parte? Estoy preparando un nuevo retrato de ella. Me fui a aquella tienda en Celeia para obtener lienzo y pinceles. ¿Cómo dibujarla después de tantas derrotas? Como si existiera una barrera dentro de su misma que le prohibiera salir de su contradicción

¡Los cactus y ‘ay, como arde!’
En la luz del día apagado, comenzaron a dibujarse caras sobre las montañas. No estaba escrito a quién pertenecían, pero parecían la versión de una sola cara valiente. Miré a Mocy, estaba durmiendo. Sus ojos proyectaban una corta historia en la pantalla. Casi se ha vuelto loca esta historia. Tal vez la culpa era de sus ojos. Quizás ella era responsable de las arrugas de las montañas mexicanas.

Regiomontanos, dos picos de la Silla, Cerro de las Mitras y mucho mas
Aguardaba a su única rebanada paralela, su pasión alta y calma. Y pensé: «Te voy a llenar de algodón para que ardas. Mi corazón arderá contigo, y los dos formaremos una llama. Una sola llama, como lo fuimos al principio».

El almuerzo para el perro
Era un entusiasta al que le gustaría ponerse de rodillas frente a una mujer. En serio, me encontré con sus rodillas al nivel de mis ojos. Me abalancé sobre el primer recipiente, no como un ser humano, no como un perro, sino como una bestia salvaje.

El traje del mercado de General Pánfilo Natera
Me di cuenta de lo siguiente: nosotros, que trabajábamos o aún trabajamos en oficinas de gobierno o para el país, conformamos un mínimum desgastado. Nos habíamos entrenado para los números y los bordes de las páginas, no obstante, éramos incapaces de ver más allá de lo escrito. Teníamos demasiado de todo y nos sentíamos falsamente seguros de que nada nos ocurriría. Y entonces siempre algo me sucedía y eso me parecía bien.

En Puebla una niña esta ‘pescando’ la gente
Levanté la cabeza. A mi lado Mocy dormía. No la quise tocar, parecía viva. Su pelo sobre la mesa.
A la mesa vecina había dos muchachas. Sus cabellos también caían, estaban inmóviles. Dos tazas de café ante sus narices contradecían esta impresión. De ellas se elevaba un humo como el del Popocatépetl o Iztaccíhuatl.

Lavando tacones en pase de la montaña
Sus dos tacones eran a la vez el castigo y el crimen, pero en el reflejo de la claridad de la montaña parecían la encarnación de dos volcanes. Los sumergí en el agua fría. Sentí cómo el nerviosismo desaparecía de mis manos.

En la Ciudad de México topamos con la ‘Inocencia’
Quedé callado, no reaccioné a la provocación. El partido continuó. Sabía que sería un partido brutal. Perdíamos. Pero tomé una decisión. «Cuando termine le voy a decir Mocy que la… amo».
Cuando lo pensé, percibí una niebla acercándose. Crecía y crecía, hasta que creció tanto que al fin descubrí que era más baja que yo.
Se trataba de Diego Volando Malahierba.

Cuernavaca y las vacas
Aquí en Cuernavaca, en algún lugar, había una glorieta. Entre las palabras pronunciadas por nuestros antepasados, sentí que tenía que meter mi nariz en estas flores, cuyo nombre no conocía. Aprecié sus perfumes, pero debería decidirme por una sola.

Una boda falsa en Zumpango del Rio
Alejado de mi comprensión habitual de la vida, pensé, ¿cómo sería México como país de origen? No como una casa, trabajo o esposa, ni perro, piscina o coche, sino como una especie de momentos que siempre regresan. Como un banco, donde puedes retirar las experiencias ya invertidas, incluso después de haber olvidado la vida completamente.

Una bañera en Chilpancingo cae desde un balcón
Esas dos sombras sobre sus ojos. Eran dos lugares tan misteriosos que me pareció una obra maestra de sastres inmortales. Tal vez podría aprovechar la situación y besarla en la mejilla, prolongándolo a la eternidad. Pero no. Me pareció mejor dejarlo así, mantener la ciudad en secreto.

Atado a un bote en Acapulco
Este muchacho, más bajo que ella, sin músculos definidos en la región del estómago y sin operaciones estéticas, estaba lleno de tristeza. A lo mejor, estaría igualmente lleno de todas las posibles emociones. ¡Seguro! ¡Probablemente, también quería a Mocy! ¡Qué perdedor!

La verdad se revela en Morelia
Bajo circunstancias misteriosas, empecé a caminar hacia la catedral de mi bien conocida Morelia. El aire estaba raro. Percibí que, incluso si no respiraba, podría vivir. La oscuridad caía sobre el suelo de piedras en forma de gotas. Sentí la magia del momento.

De regreso en Eslovenia, Liubliana y la tarjeta de inframundo
—¿Evidencia de qué?
—De que dominas el alma de las mujeres.
—El alma de… Oye, ¿por qué el alma de las mujeres?
—Pues, bueno, entonces… trae a todas tus mujeres.
—¿Mis mujeres? ¿Cómo sabes que en mis dibujos hay mujeres?
—Porque sé que aún dudas si está bien que las dibujes.
—La verdad es que no.
—Y entonces, ¿por qué demonios te avergüenzas de ellas?

Flash mob en Piran, con Mariachi Vargas y ‘la Bikina’
Vi a Aurelia Bustamante. Tocaba el violín, la verdadera música mariachi. En Piran, probablemente, jamás habían visto un flashmob. Me quedé en la silla. Se acercaban muchachos y muchachas.
Tocaban La Bikina…
PROLOGO
o las instrucciones para entender el libro
Con un mecanismo suave que proviene de su alma, el autor, Uroš K., escribe esta historia romántica, como él dice, pero también es un drama. En la obra está describiendo la relación muy especial con una mujer, una empleada de oficina que, para él, es mucho más que solo una persona de la vida cotidiana de quien se enamoró. Y ella le rechazó. Muchísimas veces.
Todo empezó el 12 de mayo de 2012 a las 10:59, tiempo local, en una tienda de arte en la ciudad de Celeia. Interesante, esta fecha es similar a la fecha del Cinco de Mayo que se celebra en México. El autor encontró a Mocy en aquella tienda por pura coincidencia. En ese momento algo inexplicable ocurrió. Tras su cuerpo —como él cuenta—, corrió una ola caliente, así que él cuenta que en ese instante se enamoró en ella. Cabe mencionar que el autor dio con Mocy de nuevo por pura conciencia el 12 de enero de 2013. Lo curioso de estos dos encuentros es que ambas fechas cayeron en sábado. Eran los únicos dos sábados que caían en doce del mes. Y cuando el autor averiguó qué fecha sería el próximo sábado doce del mes, estuvo sorprendido: es el 12 de octubre de 2013, el día del descubrimiento de América.
Como este encuentro casual sucedió el doce de mayo de 2012, que para aquel año se anunciaba el fin del mundo según un calendario maya, el autor se sintió casi obligado a incluir México en la obra.
Uroš no destaca este analítico calendario porque quisiera demostrar algo, sino debido a que cree en fuerzas mayores, es decir, en poderes supernaturales. Y como este día fue tan significativo para él, lo consideró como un evento dirigido por dioses —Quetzalcóatl, Chacmol, cualquier—, y con este significado Mocy entró en su corazón como una diosa, una mujer supernatural.
Esta persona, Mocy, ¿quién es ella? El autor se pregunta también por qué no olvidarla, ¿por qué no escapar de ella? Pues aquí se encuentra la clave. Como arquitecto —en la obra para él mismo usa una metáfora: «mala hierba»—, está obligado a visitarla en su oficina. Claro, ella está revisando sus planes —los que él llama planes de jardines humanos— y así parece que se trata de una relación sin escapatoria para él.
Para ella emplea la metáfora: «una flor en el jardín humano». Este jardín se representa alrededor de un edificio, en la ciudad de Bulevarcito, donde ella trabaja. Le dio un nombre metafórico: La Bestia. Es un edificio construido en 1675, en época del Renacimiento.
Bulevarcito fue establecido en 1112. Arriba de esta pintoresca ciudad se halla una montaña, denominada Mago Pequeño si lo traducimos. Recuerda a aquella maravillosa montaña en Monterrey, Cerro de las Mitras, que impresionó al autor. Hay una similitud entre ambas montañas. La ciudad de Monterrey fue una de las inspiraciones para el argumento, puesto que es una ciudad de contraste. Similar a Mocy, emancipada y contradictoria.
Para ella, el autor eligió el nombre Celestino porque rima con destino. Con estas dos palabras —celeste y destino— Uroš describe a Mocy así como la ve, una mujer celestial, destinada a él. Es también una mujer muy aguda, seria, pero a veces se convierte en un ser muy entretenido. En esta nobleza, que él descubre en ella, halla una incesable cantidad de inspiraciones, que son el motivo para el texto.
El primer capítulo lo representa mediante metáforas con intención de abrir una sensación, como el autor se siente en este drama: una mala hierba. Y para ella usa el término «flor».
A continuación, lo sucedido tiene lugar en México. Es un poco complejo para explicar, pero México, para Uroš, representa una infinita variedad de aspectos de arte, es una tierra de contradicciones. Esto va mano a mano con lo que ve en Mocy. Puede ser una amable dama, y, en otro lado, una mujer emancipada.
Pero el México que el describe es una plataforma, una sustitución para sentimientos en esta relación, que son reales, amargos, pero dulces a la vez.
Su viaje imaginario comienza en Morelia, de donde derivó el reconocido Carlos Santana, que se destaca por la canción Corazón espinado que conjuga muy bien con los sentimientos del autor. Su corazón se siente espinado, aplastado, como en este recorrido por México.
Las ciudades corren una tras otra y cada una representa un rechazo de Mocy. El autor lo elije instintivamente. Después de Morelia viene Puerto Vallarta. Allí hay unas de las más destacadas estatuas de Sergio Bustamante. Son dos nombres que el autor utiliza a continuación. La más destacable de todas las ciudades es Monterrey. El Cerro de las Mitras representa una montaña que vive en otro mundo.
En el libro también tiene espacio su amigo de la facultad de Liubliana, Sergio —su nombre real es Stani—. Es una persona muy importante para el autor pues estaban estudiando juntos Arquitectura. Además de que estaban interesados en el arte en general, se interesaban mucho en culturas mesoamericanas.
Se encuentran otros personajes en la obra, por ejemplo, Aurelia Bustamante. Ella simboliza una confidencia, alguien en quien puedes confiar. Es también una guía turística —guía por la vida—. El autor escogió su nombre porque es un juego de letras —aura busca mente—, como un nombre escondido.
La Histeria Femenina es una figura que sustituye el feminismo. En el texto aparece como una mujer de dulce pereza que solo habla, no hace nada específico.
Uroš usa rebanadas, sobre todo para el carácter del Mocy. Tras la obra habla de su única rebanada de Mocy, porque considera que esta es lo que le queda: la rebanada curiosa de Mocy, con la que puede hablar, viajar, hacer tonterías. Realmente, ella es así, pero otras rebanadas le impiden unirse con el autor —Carmelo—.
Como conclusión tenemos que decir que la obra está pensada para todos esos jóvenes que están investigando los secretos de las relaciones románticas. Y como el autor lo personifica de una manera trágica que se convierte en algo cómico, este libro podría ser un semáforo más que una lectura para divertirse.
El mundo de Mesoamérica se compone de tres niveles: mundo tierra, inframundo y mundo cielo. Siempre, cuando al autor sale de su oficina, lo sentimientos le conducen al inframundo que él llama México paralelo. Lo veremos.